Proyecto fotográfico colaborativo de Alejandra Aragón
Proyecto fotográfico colaborativo de Alejandra Aragón
Proyecto fotográfico colaborativo
de Alejandra Aragón





Chavalxs es un proyecto artístico-colaborativo enfocado en crear espacios de reflexión a través de la fotografía para explorar las realidades de jóvenes en zonas rurales cercanas a la frontera entre México y Estados Unidos que han sido afectadas por la simulada guerra contra el narcotráfico.
La intención es integrar a la comunidad y su visión al proceso de producción artística, compartir conocimiento facilitando herramientas creativas, dialogar sobre la identidad, la realidad social y la representación, así como contribuir a los esfuerzos ya existentes para fortalecer la comunidad y su memoria colectiva.
Con la colaboración de:
Jennifer Alcalá ▪ Adrián Álvarez ▪ Raquel Barrón Pérez ▪ Angélica Burciaga ▪ Citlali Castellanos Aguilar ▪ Lluvia Briset Estrada ▪ Roberto Estrada Escobar ▪ Leonardo Batán Flores Esquivel ▪ Joselinne Galdean ▪ Daniel Galindo López ▪ Cristian Jasiel García Archuleta ▪ Alejandro ‘Mono’ González ▪ Yuhanzy Antonio Ledezma Ledezma ▪ Argelia Macías Mendoza ▪ Brianna Martínez Elías ▪ Carolina Martínez Galdean ▪ Naomi Molina García ▪ Raquel Ivonne Ochoa González ▪ Danna Paola Pérez Martínez ▪ Luis Gael Provencio Zamudio ▪ Judith Rodulfo García ▪ Jorge Roberto Trejo Cuevas ▪ Cecilia Villa ▪ Enrique Villarreal ▪ Azul Paola Zárate Gómez
Un gran agradecimiento al director Enrique Villarreal del CBTA #214 en Gómez Farías, al Cobach #23 de Guadalupe y su director Lorenzo Tarango Méndez, al Museo Regional del Valle de Juárez y su director Ernesto Robles, a Bianca Castilleros, Joselinne Galdean, Iris Días, Ciela Ávila y Andrea Dávila por su gran apoyo en la vinculación y la producción del proyecto. A la familia Bencomo Chávez por recibirme y cuidarme en Gómez Farías. A Edgar Picazo Merino y el equipo de trabajo que ha reunido por albergar y apoyar esta celebración en Azul Arena. Y sobre todo a los participantes y sus familias que se dieron el tiempo de aprender algo nuevo, compartir su valiosa visión sobre el Valle de Juárez y la Sierra de Chihuahua, por su solidaridad necesaria para llevar a cabo este ejercicio colectivo.
Con cariño, Alejandra Aragón.
Somos los pueblos de los que ni siquiera Rulfo escribió. Seguro se creyó el cuento de que en nuestra realidad no hay resistencia, de que en nuestras costumbres no hay arraigo y de que en nuestro territorio no hay permanencia; el cuento de que nos faltan raíces, carecemos de tejido social y nunca tuvimos culturas auténticas; el cuento de que nuestras carreteras son todas salidas, las visitas son de paso y los que permanecemos lo hacemos porque nuestros intentos de escape fallaron. Pero lo más seguro es que Rulfo ni siquiera supo de nosotros porque si bien somos pueblos, nunca nadie nos acusará de ser EL pueblo, si acaso apenas SEMOS pueblo.
Al explorar zonas rurales alrededor de la frontera entre Chihuahua con Texas, Alejandra Aragón primero encontró a su padre entre pueblos que ya conocía—como lo documenta su galardonado proyecto 'Vine a la Pinta porque me dijeron que acá vivía mi padre'—que luego logró reconocer como comunidad. Y no, Alejandra no vino a documentarnos, ni a darnos voz o cultura; vino porque nos reconoció entre ella y nosotros la reconocimos de vuelta, le ofrecimos espacios para reconocerse entre nuestras fiestas, nuestras ausencias, nuestros logros y nuestras violencias. Porque violencias hay muchas y no solamente la espectacular por la que los medios nos etiqueta como “pueblos controlados por el crimen organizado”. En nuestros pueblos también existe la violencia cotidiana del abandono, las promesas del progreso y la concentración de sueños, éxitos y poderes en la ciudad más cercana, siempre justo afuera de los límites de nuestros ejidos privatizados, siempre justo más allá de nuestro alcance colectivo.
Y así, con Chavalxs, Alejandra propone un modelo educativo para enfrentar las violencias cotidianas a través de la fotografía como un medio para la autorepresentación y la interrogación crítica de nuestro territorio, para identificar afectividades y desarrollar arraigos, para reflexionar en colectivo sin olvidar la expresión personal. Y aunque sabemos que las inequidades estructurales entre lo rural y lo urbano no se solucionarán mediante ofertas culturales esporádicas, si es importante reconocer que procesos comprometidamente colaborativos como el que hoy nos comparten Alejandra y sus compas, abren posibilidades para que cada participante esboce éxitos y progresos independientes del ideal urbano, el que todos los días intenta convencerlos que nos abandonen, a nosotros su Valle y su Sierra, para convertirse en partícipes de la concentración desmedida y criminal que informa cada ciudad.
Detrás de cada migración hay despojo, hay recursos desplazados y reubicados en donde más PODER hay; PODER con mayúsculas: poder económico, político, laboral, intelectual, estético, ético, representativo, expresivo, de resistencia y de ocio. No es cierto que nuestra juventud nos abandona porque no le ofrecemos lo que necesita, nos abandona porque las ciudades se han apropiado incluso de nuestros sueños de éxito y progreso. Con Chavalxs, Alejandra Aragón inició procesos que ahora nos corresponde a nosotros continuar hasta recordar lo que hace mucho creímos haber perdido, motivos para permanecer, resistir y celebrar desde y sobre nuestros territorios.
Celebremos entonces el proceso, gocemos de la fotografía como medio capaz de producir mucho más que una imagen con requerimientos formales y construyamos una educación capaz de edificar diversidades de progresos y abrir abanicos de éxitos en los que nuestras ruralidades dejen de ser apenas avistadas como perpetuamente en tránsito siempre a punto de convertirnos en ciudad.
Texto por León de la Rosa Carillo
Chavalxs es un proyecto artístico-colaborativo enfocado en crear espacios de reflexión a través de la fotografía para explorar las realidades de jóvenes en zonas rurales cercanas a la frontera entre México y Estados Unidos que han sido afectadas por la simulada guerra contra el narcotráfico.
La intención es integrar a la comunidad y su visión al proceso de producción artística, compartir conocimiento facilitando herramientas creativas, dialogar sobre la identidad, la realidad social y la representación, así como contribuir a los esfuerzos ya existentes para fortalecer la comunidad y su memoria colectiva.
Con la colaboración de:
Jennifer Alcalá ▪ Adrián Álvarez ▪ Raquel Barrón Pérez ▪ Angélica Burciaga ▪ Citlali Castellanos Aguilar ▪ Lluvia Briset Estrada ▪ Roberto Estrada Escobar ▪ Leonardo Batán Flores Esquivel ▪ Joselinne Galdean ▪ Daniel Galindo López ▪ Cristian Jasiel García Archuleta ▪ Alejandro ‘Mono’ González ▪ Yuhanzy Antonio Ledezma Ledezma ▪ Argelia Macías Mendoza ▪ Brianna Martínez Elías ▪ Carolina Martínez Galdean ▪ Naomi Molina García ▪ Raquel Ivonne Ochoa González ▪ Danna Paola Pérez Martínez ▪ Luis Gael Provencio Zamudio ▪ Judith Rodulfo García ▪ Jorge Roberto Trejo Cuevas ▪ Cecilia Villa ▪ Enrique Villarreal ▪ Azul Paola Zárate Gómez
Un gran agradecimiento al director Enrique Villarreal del CBTA #214 en Gómez Farías, al Cobach #23 de Guadalupe y su director Lorenzo Tarango Méndez, al Museo Regional del Valle de Juárez y su director Ernesto Robles, a Bianca Castilleros, Joselinne Galdean, Iris Días, Ciela Ávila y Andrea Dávila por su gran apoyo en la vinculación y la producción del proyecto. A la familia Bencomo Chávez por recibirme y cuidarme en Gómez Farías. A Edgar Picazo Merino y el equipo de trabajo que ha reunido por albergar y apoyar esta celebración en Azul Arena. Y sobre todo a los participantes y sus familias que se dieron el tiempo de aprender algo nuevo, compartir su valiosa visión sobre el Valle de Juárez y la Sierra de Chihuahua, por su solidaridad necesaria para llevar a cabo este ejercicio colectivo.
Con cariño, Alejandra Aragón.
Somos los pueblos de los que ni siquiera Rulfo escribió. Seguro se creyó el cuento de que en nuestra realidad no hay resistencia, de que en nuestras costumbres no hay arraigo y de que en nuestro territorio no hay permanencia; el cuento de que nos faltan raíces, carecemos de tejido social y nunca tuvimos culturas auténticas; el cuento de que nuestras carreteras son todas salidas, las visitas son de paso y los que permanecemos lo hacemos porque nuestros intentos de escape fallaron. Pero lo más seguro es que Rulfo ni siquiera supo de nosotros porque si bien somos pueblos, nunca nadie nos acusará de ser EL pueblo, si acaso apenas SEMOS pueblo.
Al explorar zonas rurales alrededor de la frontera entre Chihuahua con Texas, Alejandra Aragón primero encontró a su padre entre pueblos que ya conocía—como lo documenta su galardonado proyecto 'Vine a la Pinta porque me dijeron que acá vivía mi padre'—que luego logró reconocer como comunidad. Y no, Alejandra no vino a documentarnos, ni a darnos voz o cultura; vino porque nos reconoció entre ella y nosotros la reconocimos de vuelta, le ofrecimos espacios para reconocerse entre nuestras fiestas, nuestras ausencias, nuestros logros y nuestras violencias. Porque violencias hay muchas y no solamente la espectacular por la que los medios nos etiqueta como “pueblos controlados por el crimen organizado”. En nuestros pueblos también existe la violencia cotidiana del abandono, las promesas del progreso y la concentración de sueños, éxitos y poderes en la ciudad más cercana, siempre justo afuera de los límites de nuestros ejidos privatizados, siempre justo más allá de nuestro alcance colectivo.
Y así, con Chavalxs, Alejandra propone un modelo educativo para enfrentar las violencias cotidianas a través de la fotografía como un medio para la autorepresentación y la interrogación crítica de nuestro territorio, para identificar afectividades y desarrollar arraigos, para reflexionar en colectivo sin olvidar la expresión personal. Y aunque sabemos que las inequidades estructurales entre lo rural y lo urbano no se solucionarán mediante ofertas culturales esporádicas, si es importante reconocer que procesos comprometidamente colaborativos como el que hoy nos comparten Alejandra y sus compas, abren posibilidades para que cada participante esboce éxitos y progresos independientes del ideal urbano, el que todos los días intenta convencerlos que nos abandonen, a nosotros su Valle y su Sierra, para convertirse en partícipes de la concentración desmedida y criminal que informa cada ciudad.
Detrás de cada migración hay despojo, hay recursos desplazados y reubicados en donde más PODER hay; PODER con mayúsculas: poder económico, político, laboral, intelectual, estético, ético, representativo, expresivo, de resistencia y de ocio. No es cierto que nuestra juventud nos abandona porque no le ofrecemos lo que necesita, nos abandona porque las ciudades se han apropiado incluso de nuestros sueños de éxito y progreso. Con Chavalxs, Alejandra Aragón inició procesos que ahora nos corresponde a nosotros continuar hasta recordar lo que hace mucho creímos haber perdido, motivos para permanecer, resistir y celebrar desde y sobre nuestros territorios.
Celebremos entonces el proceso, gocemos de la fotografía como medio capaz de producir mucho más que una imagen con requerimientos formales y construyamos una educación capaz de edificar diversidades de progresos y abrir abanicos de éxitos en los que nuestras ruralidades dejen de ser apenas avistadas como perpetuamente en tránsito siempre a punto de convertirnos en ciudad.
Texto por León de la Rosa Carillo
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