A finales de la década de 1960, mientras movimientos de descolonización y socialismo revolucionario se extendían por Asia y Latinoamérica, los partidos en el poder de México y Taiwán tomaron medidas decisivas para abrir incrementalmente sus fronteras a la inversión capitalista extranjera. Alejándose de previas estrategias económicas –fundamentalmente  nacionalistas– Taiwán y México crearon nuevas leyes que permitían la inversión extranjera en zonas económicas demarcadas para estimular una rápida industrialización. 


En 1966, bajo la supervisión del Secretario de Economía K.T. Li, Taiwán estableció en la ciudad sureña y portuaria de Kaohsiung su primera Zona de Procesamiento de Exportaciones (ZPE), invitando a negocios extranjeros y empresarios Chinos en el extranjero, a establecer plantas de ensamblaje y exportación dentro de sus límites. Mientras tanto, en 1968, Antonio J. Bermúdez finalizó en Ciudad Juárez la transformación de los campos algodoneros de su familia en un enorme parque industrial que acogía a empresas internacionales, en su mayoría con sede en EE. UU., para establecer las primeras maquiladoras a gran escala en la ciudad. Aunque el experimento de industrialización liderado por las exportaciones de México y Taiwán se basó en condiciones económicas distintas, su temprana adopción de un modelo de fabricación de exportación basado en "zonas" no solo transformó sus economías regionales, sino que también representó un nuevo capítulo en la historia de lo que algunos han llamado "la fábrica global".


Ensamblaje Enzarzado busca examinar la historia de la fábrica global, revisando las peculiares experiencias de la maquiladora en Ciudad Juárez y Taiwán, así como la expansión de estos modelos por todo el mundo a partir de la década de 1970, en lo que eventualmente se conooció como “neoliberalismo”. En lugar de analizar estos acontecimientos de manera aislada, sugerimos que las historias deben ser vistas juntas. 


La exposición se compone de dos secciones. Primero, una historia documental inmersiva de la fábrica global en Asia Oriental y la frontera entre EE. UU. y México, con un enfoque en Ciudad Juárez y Taiwán, basada en la investigación del historiador Gabriel Antonio Solís y respaldada por archivos, testimonios orales, y trabajo académico. Adicionalmente, las obras de 12 artistas y colectivos contemporáneos, transpacíficos y multidisciplinarios en respuesta a dichas dinámicas se muestran en el espacio, entrelazadas por las diferentes temáticas que se desarrollan a partir de la producción global. 


La historia de la fábrica global en Taiwán y la frontera mexicoamericana ofrece un importante marco de comparación para comprender la evolución del capitalismo durante el siglo XX. Con esta puesta, esperamos generar una conversación transpacífica más profunda sobre cómo las comunidades han enfrentado el fenómeno en los últimos 60 años, con el fin de, potencialmente, ofrecer perspicacia sobre cómo se podría abandonar por completo este sistema.

Artistas: Cassandra Adame, Mara Cardona Walls, Colectivo Versiones, Anairam, Huang Li Hui, Lee Peiyu Annie, Luis Roacho, Jorge Scobell, National Sun Yat-sen University Taiwan - Sociology Department, Print and Carve Dept., Wang Yi Ting, Jess Tolbert.


Curaduría: Gabriel Antonio Solís y Edgar Picazo Merino

A finales de la década de 1960, mientras movimientos de descolonización y socialismo revolucionario se extendían por Asia y Latinoamérica, los partidos en el poder de México y Taiwán tomaron medidas decisivas para abrir incrementalmente sus fronteras a la inversión capitalista extranjera. Alejándose de previas estrategias económicas –fundamentalmente  nacionalistas– Taiwán y México crearon nuevas leyes que permitían la inversión extranjera en zonas económicas demarcadas para estimular una rápida industrialización. 

En 1966, bajo la supervisión del Secretario de Economía K.T. Li, Taiwán estableció en la ciudad sureña y portuaria de Kaohsiung su primera Zona de Procesamiento de Exportaciones (ZPE), invitando a negocios extranjeros y empresarios Chinos en el extranjero, a establecer plantas de ensamblaje y exportación dentro de sus límites. Mientras tanto, en 1968, Antonio J. Bermúdez finalizó en Ciudad Juárez la transformación de los campos algodoneros de su familia en un enorme parque industrial que acogía a empresas internacionales, en su mayoría con sede en EE. UU., para establecer las primeras maquiladoras a gran escala en la ciudad. Aunque el experimento de industrialización liderado por las exportaciones de México y Taiwán se basó en condiciones económicas distintas, su temprana adopción de un modelo de fabricación de exportación basado en "zonas" no solo transformó sus economías regionales, sino que también representó un nuevo capítulo en la historia de lo que algunos han llamado "la fábrica global".

Ensamblaje Enzarzado busca examinar la historia de la fábrica global, revisando las peculiares experiencias de la maquiladora en Ciudad Juárez y Taiwán, así como la expansión de estos modelos por todo el mundo a partir de la década de 1970, en lo que eventualmente se conooció como “neoliberalismo”. En lugar de analizar estos acontecimientos de manera aislada, sugerimos que las historias deben ser vistas juntas. 

La exposición se compone de dos secciones. Primero, una historia documental inmersiva de la fábrica global en Asia Oriental y la frontera entre EE. UU. y México, con un enfoque en Ciudad Juárez y Taiwán, basada en la investigación del historiador Gabriel Antonio Solís y respaldada por archivos, testimonios orales, y trabajo académico. Adicionalmente, las obras de 12 artistas y colectivos contemporáneos, transpacíficos y multidisciplinarios en respuesta a dichas dinámicas se muestran en el espacio, entrelazadas por las diferentes temáticas que se desarrollan a partir de la producción global. 

La historia de la fábrica global en Taiwán y la frontera mexicoamericana ofrece un importante marco de comparación para comprender la evolución del capitalismo durante el siglo XX. Con esta puesta, esperamos generar una conversación transpacífica más profunda sobre cómo las comunidades han enfrentado el fenómeno en los últimos 60 años, con el fin de, potencialmente, ofrecer perspicacia sobre cómo se podría abandonar por completo este sistema.

SECCIÓNES

"Medios de Vida del Pueblo"

( 食,衣,住,行, 育,樂 ) 

(Alimentación, Vestimenta, Vivienda, Educación, Recreación)

"Medios de Vida del Pueblo"

( 食,衣,住,行, 育,樂 ) 

(Alimentación, Vestimenta, Vivienda, Educación, Recreación)

"Medios de Vida del Pueblo"

( 食,衣,住,行, 育,樂 ) 

(Alimentación, Vestimenta, Vivienda, Educación, Recreación)

Maquila
加工區

Maquila
加工區

El Paso Times, 27 de noviembre de 1968.

El Paso Times, 27 de noviembre de 1968.

En la década de 1960, Kaohsiung y Ciudad Juárez se convirtieron en laboratorios para la fábrica global. A finales de la década de 1960, Taiwán y México designaron ambas ciudades como áreas piloto para un nuevo experimento en industrialización liderado por la exportación. Su decisión fue informada por un coro de consultores industriales estadounidenses, incluidos funcionarios de USAID, el Fondo Sino-Americano, Richard Bolin de Arthur D. Little Inc. (quien se convirtió en uno de los defensores más fervientes del crecimiento de la maquila) y ambiciosas empresas como General Instruments. Con la esperanza de que la inversión extranjera llevara a una rápida industrialización, México y la República de China (Taiwán) establecieron zonas especialmente designadas, donde las empresas extranjeras o subcontratistas podían importar materiales básicos para ser ensamblados y re-exportados libres de impuestos. Dentro de estas zonas, se prometía a los inversores acceso a grandes números de mujeres,específicamente  jóvenes solteras y dóciles.


Aunque usamos el término "fábrica global", esta entidad se experimentó a través de formulaciones lingüísticas distintas. En México, las plantas de ensamblaje para la exportación se conocían como "maquiladoras" o "maquilas", y estaban limitadas a ciudades dentro del alcance directo de la frontera norte (aunque esta restricción se levantó en 1971). Mientras tanto, en Taiwán, aparte de algunos parques industriales pequeños fuera de Taipéi, se permitían plantas de ensamblaje para la exportación en una zona industrial especialmente acordonada conocida como Zona de Procesamiento de Exportaciones, o ZPE (Jiāgōng chūkǒu qū, 加工出口區, a veces también referida de forma abreviada como 加工區/Jiāgōng qū). La primera ZPE se estableció en Kaohsiung en 1966, pero más tarde se establecieron en Nanzi y Taichung. Para la década de 1970, las industrias de exportación se expandieron más allá de estas zonas designadas, sin embargo, Taiwán se convirtió en un líder regional en la fabricación para la exportación. El modelo de ZPE eventualmente resultó más popular que el programa de industrialización más flexible de México, y se establecieron ZPE en todo el mundo en lugares como Corea del Sur, Filipinas, Haití, Sri Lanka, Malasia e incluso Vietnam del Sur (aunque este último fue desmantelado después del colapso del gobierno en 1975). En 1980, la República Popular China también comenzó su giro hacia el desarrollo capitalista más seriamente, creando una Zona Económica Especial en Shenzhen que se basaba en gran medida en las ZPE de Taiwán.


A principios de la década de 1970, Kaohsiung tenía más fábricas y más trabajadores que Ciudad Juárez, debido en gran parte a sus salarios más bajos y su mayor nivel de represión estatal. Hasta la década de 1980, la Zona de Procesamiento de Exportaciones de Kaohsiung (KEPZ) prácticamente no experimentó huelgas o acciones laborales significativas, mientras que decenas de huelgas estallaron en Ciudad Juárez a principios de la década de 1970. Los inversores estadounidenses y japoneses también estaban preocupados por el surgimiento de la organización chicana/o, al otro lado de la frontera en El Paso, y el abundante número de formaciones políticas de izquierda que exigían un cambio radical en todo México. Sin embargo, a pesar de las discrepancias iniciales, tanto la industria maquiladora de Juárez como la KEPZ estaban organizadas en torno a regímenes laborales de género, con aproximadamente el 80-90% de su fuerza laboral compuesta por mujeres de 16 a 25 años hasta la década de 1980.

En la década de 1960, Kaohsiung y Ciudad Juárez se convirtieron en laboratorios para la fábrica global. A finales de la década de 1960, Taiwán y México designaron ambas ciudades como áreas piloto para un nuevo experimento en industrialización liderado por la exportación. Su decisión fue informada por un coro de consultores industriales estadounidenses, incluidos funcionarios de USAID, el Fondo Sino-Americano, Richard Bolin de Arthur D. Little Inc. (quien se convirtió en uno de los defensores más fervientes del crecimiento de la maquila) y ambiciosas empresas como General Instruments. Con la esperanza de que la inversión extranjera llevara a una rápida industrialización, México y la República de China (Taiwán) establecieron zonas especialmente designadas, donde las empresas extranjeras o subcontratistas podían importar materiales básicos para ser ensamblados y re-exportados libres de impuestos. Dentro de estas zonas, se prometía a los inversores acceso a grandes números de mujeres,específicamente  jóvenes solteras y dóciles.

Aunque usamos el término "fábrica global", esta entidad se experimentó a través de formulaciones lingüísticas distintas. En México, las plantas de ensamblaje para la exportación se conocían como "maquiladoras" o "maquilas", y estaban limitadas a ciudades dentro del alcance directo de la frontera norte (aunque esta restricción se levantó en 1971). Mientras tanto, en Taiwán, aparte de algunos parques industriales pequeños fuera de Taipéi, se permitían plantas de ensamblaje para la exportación en una zona industrial especialmente acordonada conocida como Zona de Procesamiento de Exportaciones, o ZPE (Jiāgōng chūkǒu qū, 加工出口區, a veces también referida de forma abreviada como 加工區/Jiāgōng qū). La primera ZPE se estableció en Kaohsiung en 1966, pero más tarde se establecieron en Nanzi y Taichung. Para la década de 1970, las industrias de exportación se expandieron más allá de estas zonas designadas, sin embargo, Taiwán se convirtió en un líder regional en la fabricación para la exportación. El modelo de ZPE eventualmente resultó más popular que el programa de industrialización más flexible de México, y se establecieron ZPE en todo el mundo en lugares como Corea del Sur, Filipinas, Haití, Sri Lanka, Malasia e incluso Vietnam del Sur (aunque este último fue desmantelado después del colapso del gobierno en 1975). En 1980, la República Popular China también comenzó su giro hacia el desarrollo capitalista más seriamente, creando una Zona Económica Especial en Shenzhen que se basaba en gran medida en las ZPE de Taiwán.

A principios de la década de 1970, Kaohsiung tenía más fábricas y más trabajadores que Ciudad Juárez, debido en gran parte a sus salarios más bajos y su mayor nivel de represión estatal. Hasta la década de 1980, la Zona de Procesamiento de Exportaciones de Kaohsiung (KEPZ) prácticamente no experimentó huelgas o acciones laborales significativas, mientras que decenas de huelgas estallaron en Ciudad Juárez a principios de la década de 1970. Los inversores estadounidenses y japoneses también estaban preocupados por el surgimiento de la organización chicana/o, al otro lado de la frontera en El Paso, y el abundante número de formaciones políticas de izquierda que exigían un cambio radical en todo México. Sin embargo, a pesar de las discrepancias iniciales, tanto la industria maquiladora de Juárez como la KEPZ estaban organizadas en torno a regímenes laborales de género, con aproximadamente el 80-90% de su fuerza laboral compuesta por mujeres de 16 a 25 años hasta la década de 1980.

Trabajadores ocupan la maquiladora Vestamex durante una parada laboral en septiembre de 1987. De El Fronterizo, 22 de septiembre de 1987.

Trabajadores ocupan la maquiladora Vestamex durante una parada laboral en septiembre de 1987. De El Fronterizo, 22 de septiembre de 1987.

Sin embargo, mientras el crecimiento de las maquiladoras en las ciudades fronterizas de México experimentaba un período de crecimiento exponencial después de la devaluación del peso en 1982, las ZPE y las zonas industriales de Taiwán se contrajeron a partir de finales de la década de 1980. En cambio, a medida que los salarios en Taiwán aumentaban, los inversores extranjeros y los capitalistas taiwaneses buscaban lugares más baratos como China continental, Vietnam y México. Por ejemplo, una empresa subcontratista de electrónica llamada Hon Hai Precision Industry Co., Ltd., que fue establecida por primera vez en Taiwán en 1974, comenzó a expandir sus operaciones a Shenzhen, China, en 1989. Hoy en día, esa empresa también es conocida como Foxconn y actualmente emplea a miles de trabajadores en Ciudad Juárez.

Sin embargo, mientras el crecimiento de las maquiladoras en las ciudades fronterizas de México experimentaba un período de crecimiento exponencial después de la devaluación del peso en 1982, las ZPE y las zonas industriales de Taiwán se contrajeron a partir de finales de la década de 1980. En cambio, a medida que los salarios en Taiwán aumentaban, los inversores extranjeros y los capitalistas taiwaneses buscaban lugares más baratos como China continental, Vietnam y México. Por ejemplo, una empresa subcontratista de electrónica llamada Hon Hai Precision Industry Co., Ltd., que fue establecida por primera vez en Taiwán en 1974, comenzó a expandir sus operaciones a Shenzhen, China, en 1989. Hoy en día, esa empresa también es conocida como Foxconn y actualmente emplea a miles de trabajadores en Ciudad Juárez.

Obreras

女工

Obreras

女工

"Demonstration of High Civic Spirit the Parade," El Fronterizo, May 3, 1971

"Demonstration of High Civic Spirit the Parade," El Fronterizo, May 3, 1971

En la imaginación popular tanto en Ciudad Juárez como en Taiwán, la ZPE y la maquiladora están comúnmente asociadas con mujeres jóvenes y trabajadoras adolescentes. Esto no es casualidad: desde la década de 1960 hasta principios de la década de 1980, las mujeres de entre 16 y 24 años (y, por supuesto, algunas trabajadoras menores de edad que ingresaban ilegalmente a las fábricas) constituían entre el 70 y el 90% de los trabajadores de línea de ensamblaje en ambos lugares. Tanto en Ciudad Juárez como en Kaohsiung, para mediados de la década de 1970, las trabajadoras que se desplazaban hacia el trabajo se convirtieron en características comunes del paisaje urbano, con mujeres esperando sus ruteras temprano en la mañana en Juárez y miles de jóvenes en uniformes azules pedaleando hacia la ZPE. La alta composición de mujeres trabajadoras impactó directamente en las políticas de producción, ya que las mujeres estaban sujetas a un acoso sexual frecuente, alternativamente/simultáneamente sexualizadas e infantilizadas, y a veces sujetas a pruebas de embarazo obligatorias.

El empleo de mujeres en trabajos industriales no es nuevo: en fases anteriores de la industrialización en Nueva Inglaterra y Europa Occidental, las mujeres trabajadoras también fueron empleadas en masa, citando su "docilidad", "dedos ágiles" y disposición a trabajar por sueldos más bajos. Sin embargo, el porcentaje de mujeres empleadas en zonas industriales de exportación superó ampliamente estos números anteriores. Hasta mediados de la década de 1980, la gran mayoría de las ZPE en todo el mundo empleaban principalmente a mujeres jóvenes, ya que el capital transnacional exploraba el mundo para reubicar líneas de ensamblaje en países con aranceles bajos, gobiernos autoritarios y un amplio acceso a "mano de obra barata".

Following the artist’s practice of documenting a variety of personal experiences through painting, this series explores the role of “chambelanes” – male dance escorts accompanying women celebrating their fifteenth birthday in many Latin American cultures. As sexist females’ roles in society are cemented in the ritual, little has been explored of the part played by young men in the traditional parties. The men, usually a secondary act in the celebrations, also experience a turning-of-age process that mirrors the expected part that males have to adhere to in their society: a gentle, stoic figure that protects the females in the community, taking away the role that fathers played up until the moment a girl becomes, in the eyes of society, a woman. Through subtle paintings combining the figurative and abstract, Robles playfully looks into the way boys have to pretend they have grown into adulthood, portraying images of the different aspects of the “quinceañera” celebrations.


Alonso Robles (1998) is a visual artist. He studied a bachelor's degree in Visual Arts at the Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. He received the prestigious grant for Mexican emerging artists, Jóvenes Creadores of the National Fund for Culture and the Arts (FONCA), during the 2020-21 generation. He has taken part in various collective and solo exhibitions in Ciudad Juárez, Guadalajara, and Mexico City. In 2022, he completed an artistic residency through La Guerrera, a platform that supports and promotes young art. During this residency, he participated in the contemporary art fair CLAVO. Alonso Robles lives and works in Ciudad Juárez, Chihuahua.

Demostración de Alto Civismo en el Desfile," El Fronterizo, 3 de mayo de 1971

Demostración de Alto Civismo en el Desfile," El Fronterizo, 3 de mayo de 1971

A lo largo de la década de 1970, las trabajadoras conformaban la mayoría demográfica en las líneas de ensamblaje de Taiwán y los aumentos estadísticos en el empleo femenino se ubicaban abrumadoramente en trabajos industriales. Desde 1972 hasta 1976, aparte de la crisis del petróleo de 1974 que llevó a casi 10,000 despidos en el sector de exportación, las mujeres superaban en número a los hombres en los puestos de trabajo manual en toda la isla. Sin embargo, dentro de las primeras zonas de procesamiento de exportaciones del país, este desequilibrio demográfico era mucho más extremo. De 1971 a 1975, las trabajadoras representaban entre el 85 y el 90% de los trabajadores de línea de ensamblaje, siendo las trabajadoras de entre 16 y 19 años el grupo demográfico más grande. Las mujeres se volvieron tan comunes en las zonas industriales que la opinión pública comenzó a feminizar el trabajo industrial de maneras peculiares, sugiriendo que el trabajo simple y repetitivo de la línea de ensamblaje era tan fácil que era especialmente adecuado para las mujeres, que eran vistas como menos hábiles y menos trabajadoras que sus compañeros masculinos. A lo largo de la década de 1970, los periódicos locales generalmente caracterizaban a las trabajadoras como personas sin educación, con falta de ética laboral ("缺乏勤勞意識") y generalmente poco comprometidas con su lugar de trabajo. Hoy en día, muchas menos mujeres taiwanesas trabajan en ZPE, ya que la mayoría de las fábricas se trasladaron al extranjero, pero las ZPE aún mantienen un alto número de trabajadoras inmigrantes del sudeste asiático, muchas de las cuales aún viven en dormitorios cercanos a las fábricas y siguen estando sujetas a largas horas de trabajo, sindicatos débiles y situaciones de visa precarias.

La feminización del trabajo industrial también ha tenido un impacto a largo plazo en Ciudad Juárez. Aunque las mujeres constituían la mayoría de los trabajadores de línea de ensamblaje en la década de 1970, la devaluación y la crisis económica de 1982-1983 cambiaron la demografía de las maquiladoras. Aprovechando la desesperación económica generalizada, el capital comenzó a inundar las ciudades fronterizas en la década de 1980, pero descubrió que simplemente no había suficientes mujeres jóvenes trabajadoras para llenar sus líneas de ensamblaje. Entonces, las maquiladoras comenzaron un proceso de contratar a muchas más mujeres mayores de 30 años y hombres de diversas edades; un cambio que ha continuado hasta el presente. Sin embargo, aunque hoy las demografías han cambiado, investigadores como Alejandro Lugo, Leslie Salzinger y Cirila Quintero Ramírez han argumentado que las líneas de ensamblaje siguen siendo espacios de género. Como ha argumentado Cirila Quintero Ramírez,  "la mujer [obrera] fue utilizada como un factor para desvalorizar la actividad productiva de estas empresas", lo que llevó a una estabilización a largo plazo de los bajos salarios y las condiciones explotadoras. Del mismo modo, el acoso y formas de paternalismo diseñadas para controlar a las trabajadoras jóvenes han persistido en las fábricas, a pesar de una demografía más diversa de trabajadores.

La muerte de trabajadoras, ya sea por accidentes industriales o feminicidios también es, desafortunadamente, un problema grave al enfrentar la historia de la fábrica global. En Ciudad Juárez, con el inicio de los feminicidios a principios de la década de 1990 (aunque algunos argumentan que esto comenzó a fines de la década de 1980), las trabajadoras estuvieron entre las primeras víctimas de asesinatos de género. Aunque hoy en día las trabajadoras de maquiladoras no constituyen el grupo demográfico más grande de mujeres asesinadas, la devaluación de las vidas y el trabajo de las mujeres en plantas de ensamblaje extranjeras ha impactado las historias contemporáneas de violencia de género. En Taiwán, aunque no hay una historia similar de feminicidio, los primeros accidentes industriales afectaron desproporcionadamente a las mujeres. En 1972, al menos 6 mujeres murieron y decenas más resultaron gravemente envenenadas después de estar expuestas al extremadamente dañino tricloroetileno (TCE) en sus fábricas. Un año después, el 3 de septiembre de 1973, 25 trabajadoras, muchas de las cuales eran adolescentes, murieron después de que su barco de transporte se hundiera mientras llevaba a las mujeres a la ZPE para un turno temprano por la mañana.

En resumen, la historia de la fábrica global es también necesariamente una historia de trabajadoras y una historia de la relación del capitalismo con formas de explotación de género. En Taiwán, México, Corea del Sur y China continental, entre otros lugares, las trabajadoras han soportado la carga del desarrollo capitalista, trabajando largas horas y ganando poco salario, mientras que los gobiernos celebran la industrialización rápida y los capitalistas se enriquecen.

Following the artist’s practice of documenting a variety of personal experiences through painting, this series explores the role of “chambelanes” – male dance escorts accompanying women celebrating their fifteenth birthday in many Latin American cultures. As sexist females’ roles in society are cemented in the ritual, little has been explored of the part played by young men in the traditional parties. The men, usually a secondary act in the celebrations, also experience a turning-of-age process that mirrors the expected part that males have to adhere to in their society: a gentle, stoic figure that protects the females in the community, taking away the role that fathers played up until the moment a girl becomes, in the eyes of society, a woman. Through subtle paintings combining the figurative and abstract, Robles playfully looks into the way boys have to pretend they have grown into adulthood, portraying images of the different aspects of the “quinceañera” celebrations.


Alonso Robles (1998) is a visual artist. He studied a bachelor's degree in Visual Arts at the Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. He received the prestigious grant for Mexican emerging artists, Jóvenes Creadores of the National Fund for Culture and the Arts (FONCA), during the 2020-21 generation. He has taken part in various collective and solo exhibitions in Ciudad Juárez, Guadalajara, and Mexico City. In 2022, he completed an artistic residency through La Guerrera, a platform that supports and promotes young art. During this residency, he participated in the contemporary art fair CLAVO. Alonso Robles lives and works in Ciudad Juárez, Chihuahua.

Frontera

邊境

Frontera

邊境

Las fronteras, la guerra y el capitalismo se llevan bien. Pensadores como Karl Marx, Rosa Luxemburgo, David Harvey y Alicia Castellanos escribieron mucho sobre cómo el capitalismo depende de la conquista y la colonización para reproducirse continuamente a escala mundial. A través de este proceso, las fronteras y las tierras fronterizas se convierten en la vanguardia física para nuevas formas de acumulación capitalista. No deberíamos sorprendernos cuando descubrimos que las zonas de fabricación para la exportación aparecieron por primera vez en ciudades portuarias y regiones fronterizas militarizadas de todo el mundo. Las tierras fronterizas de México y Taiwán no son una excepción.

La geografía de las fronteras políticas de Kaohsiung y Ciudad Juárez se estableció a través de dos guerras libradas aproximadamente 100 años aparte. En 1846, Estados Unidos invadió México y, después de dos años de guerra brutal, estableció la frontera contemporánea entre Estados Unidos y México en 1848, tras la anexión del territorio norteño de México y la incorporación forzada de cientos de naciones indígenas. La militarización comenzó pronto después, primero para destruir naciones indígenas a fines del siglo XIX y luego, a principios del siglo XX, para detener a los migrantes chinos, controlar los flujos de contrabando y vigilar la frontera mediante la instalación de cercas y el establecimiento de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.

Las cercas y la militarización de la frontera parecían nunca detenerse y siempre parecían satisfacer a los capitalistas. A principios de la década de 1970, los fabricantes estadounidenses se quejaban de problemas de seguridad en la frontera, pero a medida que aumentaba la militarización fronteriza y caía el valor del peso en la década de 1980, tendían a construir más fábricas. En 1993, Silvestre Reyes lanzó un bloqueo sin precedentes de la frontera entre Estados Unidos y México llamado "Operación Bloqueo", y los impulsores de la industria regional aplaudieron el plan. La Cámara de Comercio Hispana de El Paso prometió que un mayor control fronterizo "ayudaría al TLCAN" y traería seguridad e inversión a la región. Hoy, la frontera está siendo testigo tanto de una militarización sin precedentes como de niveles sin precedente de crecimiento de la maquila.

Cien años después de que Estados Unidos invadiera México, el liderazgo del Partido Nacionalista de China (國民黨, KMT) huyó a Taiwán al final de la Guerra Civil China. En 1949, el Partido Comunista de China reclamó la victoria, renombrando al país como la República Popular China. Taiwán se convirtió en el último remanente vivo de la República de China. El pueblo taiwanés no tuvo voz en esta nueva transformación política y las rebeliones barrieron la isla a finales de la década de 1940. El KMT rápidamente diezmó la resistencia, matando a decenas de miles de activistas taiwaneses, encarcelando y torturando a muchos más. Con la esperanza de reclamar algún día el continente chino, el KMT se aseguró de que Taiwán se mantuviera en un estado constante de preparación para la guerra. El gobierno del KMT declaró la ley marcial en la isla en 1949, prohibiendo la libertad de expresión y la reunión política, un estado político que duró hasta 1987.

Junto con la represión política del período de ley marcial, el KMT también fortificó su frontera costera con China. Desde 1949 hasta 1987, las playas no estaban abiertas para el surf, la natación, la pesca recreativa o cualquier actividad costera divertida. En su lugar las playas estaban llenas de barricadas de concreto, cercas y puestos militares. Las personas normales fueron en gran medida excluidas de las playas y la costa de Taiwán se convirtió en tierras fronterizas hiper militarizadas. Sin embargo, justo cuando Taiwán se convirtió en una fortaleza anticomunista, el KMT también bautizó a la isla como un "paraíso para los inversionistas" e invitó a los capitalistas extranjeros a establecerse en su nueva Zona de Procesamiento de Exportaciones en el rediseñado puerto de Kaohsiung. Prometiendo un país "libre de huelgas", trabajadores de bajos salarios y una costa militarizada, la Zona de Procesamiento de Exportaciones de Kaohsiung hizo que sus inversores extranjeros se sintieran cómodos y creció a un ritmo asombroso.

Hoy en día, la ley marcial ha terminado y los taiwaneses pueden pasar tiempo en las playas. Incluso la gente ha comenzado a hacer surf. Sin embargo, aunque la costa está mucho menos militarizada, el conflicto regional con China continúa y un esfuerzo respaldado por Estados Unidos para remilitarizar las costas también. La KEPZ hoy en día tiene muchos menos trabajadores, ya que los capitalistas trasladaron la mayor parte de sus líneas de ensamblaje a lugares como México, China y Vietnam. Sin embargo, tal vez con más militarización, los capitalistas encontrarán nuevas formas de ganar dinero a lo largo de las tierras fronterizas de Taiwán. Usualmente lo hacen.

Las fronteras, la guerra y el capitalismo se llevan bien. Pensadores como Karl Marx, Rosa Luxemburgo, David Harvey y Alicia Castellanos escribieron mucho sobre cómo el capitalismo depende de la conquista y la colonización para reproducirse continuamente a escala mundial. A través de este proceso, las fronteras y las tierras fronterizas se convierten en la vanguardia física para nuevas formas de acumulación capitalista. No deberíamos sorprendernos cuando descubrimos que las zonas de fabricación para la exportación aparecieron por primera vez en ciudades portuarias y regiones fronterizas militarizadas de todo el mundo. Las tierras fronterizas de México y Taiwán no son una excepción.

La geografía de las fronteras políticas de Kaohsiung y Ciudad Juárez se estableció a través de dos guerras libradas aproximadamente 100 años aparte. En 1846, Estados Unidos invadió México y, después de dos años de guerra brutal, estableció la frontera contemporánea entre Estados Unidos y México en 1848, tras la anexión del territorio norteño de México y la incorporación forzada de cientos de naciones indígenas. La militarización comenzó pronto después, primero para destruir naciones indígenas a fines del siglo XIX y luego, a principios del siglo XX, para detener a los migrantes chinos, controlar los flujos de contrabando y vigilar la frontera mediante la instalación de cercas y el establecimiento de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.

Las cercas y la militarización de la frontera parecían nunca detenerse y siempre parecían satisfacer a los capitalistas. A principios de la década de 1970, los fabricantes estadounidenses se quejaban de problemas de seguridad en la frontera, pero a medida que aumentaba la militarización fronteriza y caía el valor del peso en la década de 1980, tendían a construir más fábricas. En 1993, Silvestre Reyes lanzó un bloqueo sin precedentes de la frontera entre Estados Unidos y México llamado "Operación Bloqueo", y los impulsores de la industria regional aplaudieron el plan. La Cámara de Comercio Hispana de El Paso prometió que un mayor control fronterizo "ayudaría al TLCAN" y traería seguridad e inversión a la región. Hoy, la frontera está siendo testigo tanto de una militarización sin precedentes como de niveles sin precedente de crecimiento de la maquila.

Cien años después de que Estados Unidos invadiera México, el liderazgo del Partido Nacionalista de China (國民黨, KMT) huyó a Taiwán al final de la Guerra Civil China. En 1949, el Partido Comunista de China reclamó la victoria, renombrando al país como la República Popular China. Taiwán se convirtió en el último remanente vivo de la República de China. El pueblo taiwanés no tuvo voz en esta nueva transformación política y las rebeliones barrieron la isla a finales de la década de 1940. El KMT rápidamente diezmó la resistencia, matando a decenas de miles de activistas taiwaneses, encarcelando y torturando a muchos más. Con la esperanza de reclamar algún día el continente chino, el KMT se aseguró de que Taiwán se mantuviera en un estado constante de preparación para la guerra. El gobierno del KMT declaró la ley marcial en la isla en 1949, prohibiendo la libertad de expresión y la reunión política, un estado político que duró hasta 1987.

Junto con la represión política del período de ley marcial, el KMT también fortificó su frontera costera con China. Desde 1949 hasta 1987, las playas no estaban abiertas para el surf, la natación, la pesca recreativa o cualquier actividad costera divertida. En su lugar las playas estaban llenas de barricadas de concreto, cercas y puestos militares. Las personas normales fueron en gran medida excluidas de las playas y la costa de Taiwán se convirtió en tierras fronterizas hiper militarizadas. Sin embargo, justo cuando Taiwán se convirtió en una fortaleza anticomunista, el KMT también bautizó a la isla como un "paraíso para los inversionistas" e invitó a los capitalistas extranjeros a establecerse en su nueva Zona de Procesamiento de Exportaciones en el rediseñado puerto de Kaohsiung. Prometiendo un país "libre de huelgas", trabajadores de bajos salarios y una costa militarizada, la Zona de Procesamiento de Exportaciones de Kaohsiung hizo que sus inversores extranjeros se sintieran cómodos y creció a un ritmo asombroso.

Hoy en día, la ley marcial ha terminado y los taiwaneses pueden pasar tiempo en las playas. Incluso la gente ha comenzado a hacer surf. Sin embargo, aunque la costa está mucho menos militarizada, el conflicto regional con China continúa y un esfuerzo respaldado por Estados Unidos para remilitarizar las costas también. La KEPZ hoy en día tiene muchos menos trabajadores, ya que los capitalistas trasladaron la mayor parte de sus líneas de ensamblaje a lugares como México, China y Vietnam. Sin embargo, tal vez con más militarización, los capitalistas encontrarán nuevas formas de ganar dinero a lo largo de las tierras fronterizas de Taiwán. Usualmente lo hacen.

Guerra Fría

冷戰

Guerra Fría

冷戰

Una celebración explícitamente anticomunista del Día del Trabajo, que incluye un concurso de canto y fotografía para los trabajadores, así como conferencias anticomunistas, en la Zona de Procesamiento de Exportaciones de Kaohsiung, en el sur de Taiwán, el 1 de mayo de 1971. Fuente: Boletín de la Zona de Procesamiento de Exportaciones, Volumen 6, No. 4, abril de 1971. Cortesía del Museo del Trabajo de Kaohsiung.

Una celebración explícitamente anticomunista del Día del Trabajo, que incluye un concurso de canto y fotografía para los trabajadores, así como conferencias anticomunistas, en la Zona de Procesamiento de Exportaciones de Kaohsiung, en el sur de Taiwán, el 1 de mayo de 1971. Fuente: Boletín de la Zona de Procesamiento de Exportaciones, Volumen 6, No. 4, abril de 1971. Cortesía del Museo del Trabajo de Kaohsiung.

Aunque el crecimiento de las maquiladoras en las tierras fronterizas a veces se asocia con el surgimiento del neoliberalismo, la fábrica global es un artefacto vivo de la Guerra Fría. Las maquiladoras, las plantas de ensamblaje para la exportación y las ZPE fueron establecidas por primera vez en países que estaban explícitamente aliados con Estados Unidos y el campo capitalista durante la Guerra Fría, como Taiwán, México, Corea del Sur, Vietnam del Sur, Malasia e Indonesia, así como en las colonias de potencias imperialistas como Hong Kong y Puerto Rico.

En Taiwán, la Guerra Fría impactó directamente en la vida cotidiana. A finales de la década de 1940 y principios de la década de 1950, el KMT masacró a decenas de miles de activistas taiwaneses, apuntando directamente a aquellos que buscaban la independencia o estaban involucrados en la organización política de izquierda. Hoy en día, el período de 1949 a 1992 se conmemora como el "Terror Blanco" (白色恐怖), y marca el período posterior a la Masacre del 28 de febrero y el establecimiento de la ley marcial por parte del KMT. Además de los asesinatos masivos y las detenciones masivas, la ideología de la Guerra Fría se filtró en la vida pública. En la educación pública, los estudiantes fueron sumergidos en una reinterpretación anticomunista de la filosofía política de Sun Yat-Sen llamada "Tres Principios del Pueblo" (三民主義), que se decía que organizaban la vida política. La disidencia, especialmente la de izquierda, fue aplastada, y los activistas de izquierda fueron detenidos en prisiones por actividades políticas.

En las fábricas, los funcionarios del partido KMT utilizaron sindicatos controlados por el estado y organizaciones de mujeres para movilizar a las trabajadoras y presionarlas para que asistieran a discursos y manifestaciones anticomunistas. El Día Internacional de los Trabajadores y el Día Internacional de la Mujer fueron despojados de sus historias internacionalistas y socialistas, y celebrados con matices anticomunistas. Asimismo, el KMT utilizó la ZPE para crear vínculos políticos internacionales con otros regímenes de derecha en países como Sudáfrica, Vietnam del Sur, Corea del Sur, Israel, Guatemala, Argentina y Chile. Por ejemplo, Mario Sandoval Alarcón, fundador del Movimiento de Liberación Nacional de extrema derecha de Guatemala y arquitecto de los escuadrones de la muerte del país, visitó frecuentemente la Zona de Procesamiento de Exportaciones de Kaohsiung en la década de 1970.

Así como el surgimiento de las ZPE en Taiwán correspondió con el ferviente anticomunismo y la represión política del Terror Blanco, el surgimiento de la maquiladora también se alinea con la historia de la Guerra Sucia en México. Apenas cuatro meses después de que Octaviano Campos Salas anunciara el inicio del Programa de Industrialización Fronteriza (conocido en español como el Programa de aprovechamiento de la Mano de Obra sobrante a lo largo de la Frontera con Estados Unidos y más tarde como el Programa de Industrialización Fronteriza) en Ciudad Juárez, estalló una rebelión socialista armada en Madera, Chihuahua. El 23 de septiembre de 1965, una docena de maestros, estudiantes y campesinos conocidos como el Grupo Popular Guerrillero (GPG) lideraron un asalto armado a los cuarteles militares en la pequeña ciudad chihuahuense. Su razonamiento fue delineado en una serie de manifiestos publicados meses antes, que argumentaban que México debía seguir el ejemplo de otras luchas del "Tercer Mundo" y comenzar una revolución armada para la redistribución de tierras, la liberación del imperialismo estadounidense y la disolución del capitalismo. Al final del día, la mayoría de los aspirantes a guerrilleros fueron capturados, ejecutados sumariamente y enterrados en una fosa común por orden del gobernador estatal Giner Durán, quien famosamente comentó: "¿Pelearon por tierra, verdad? ¡Les daremos tierra hasta que se hartan!"

En el inmediato aftermath del evento, el gobierno federal implementó una vasta militarización del campo chihuahuense, pero los movimientos estudiantiles radicales y la insurgencia de izquierda armada continuaron en la década siguiente. El gobierno mexicano enfrentó estos movimientos con violencia, incluida la masacre de Tlatelolco en 1968 y el Halconazo de 1971. Aunque la mayoría de los estudiantes radicales no tomaron las armas, algunos sí lo hicieron, y a lo largo de la década de 1970, el gobierno mexicano se esforzó rápidamente por aplastar a los grupos marxistas armados.

La actividad guerrillera marxista en Ciudad Juárez, aunque no tan numerosa como en otras ciudades, impactó directamente en la industria maquiladora y perturbó la vida cotidiana en la ciudad. En abril de 1974, miembros de la Liga Comunista 23 de Septiembre intercambiaron disparos con agentes de policía municipales, lo que provocó pánico generalizado sobre la llegada de "guerrilleros" a la ciudad. Más tarde, en junio, una serie de asesinatos dirigidos a policías llevó al descubrimiento de una célula guerrillera perteneciente a la Liga Comunista 23 de Septiembre en la ciudad de Chihuahua, que incluía a dos estudiantes del Instituto Tecnológico Regional de Ciudad Juárez. Quizás más impactante fue la captura de una célula partidista en Ciudad Juárez en octubre de 1974, que incluía a otros estudiantes locales y a dos ex empleados de maquiladoras: Ernesto Guerrero Arriesta (de 22 años) que había trabajado en General Instruments, y Elizabeth Sánchez Ramírez (de 19 años), que había trabajado en A.C. Nielsen.

Más ampliamente, los capitalistas de las tierras fronterizas culparon a la militancia marxista del crecimiento más lento de las maquiladoras en la década de 1970. En 1973, la Unión de Empresarios de Cd. Juárez compuso una carta abierta a los trabajadores de la ciudad, lamentando la influencia marxista en los trabajadores y estudiantes, y lamentando las huelgas frecuentes. Escribieron que "el sector obrero constantemente nos amenaza con huelgas locas e injustas para todo el pueblo mexicano. Lo mismo sucede en nuestras escuelas, líderes que se llaman estudiantes, con ideas socialistas y marxistas, culpan siempre al empresario de la ineptitud y deficiencia provocados por ellos mismos en nuestros planteles."

Aunque el crecimiento de las maquiladoras en las tierras fronterizas a veces se asocia con el surgimiento del neoliberalismo, la fábrica global es un artefacto vivo de la Guerra Fría. Las maquiladoras, las plantas de ensamblaje para la exportación y las ZPE fueron establecidas por primera vez en países que estaban explícitamente aliados con Estados Unidos y el campo capitalista durante la Guerra Fría, como Taiwán, México, Corea del Sur, Vietnam del Sur, Malasia e Indonesia, así como en las colonias de potencias imperialistas como Hong Kong y Puerto Rico.

En Taiwán, la Guerra Fría impactó directamente en la vida cotidiana. A finales de la década de 1940 y principios de la década de 1950, el KMT masacró a decenas de miles de activistas taiwaneses, apuntando directamente a aquellos que buscaban la independencia o estaban involucrados en la organización política de izquierda. Hoy en día, el período de 1949 a 1992 se conmemora como el "Terror Blanco" (白色恐怖), y marca el período posterior a la Masacre del 28 de febrero y el establecimiento de la ley marcial por parte del KMT. Además de los asesinatos masivos y las detenciones masivas, la ideología de la Guerra Fría se filtró en la vida pública. En la educación pública, los estudiantes fueron sumergidos en una reinterpretación anticomunista de la filosofía política de Sun Yat-Sen llamada "Tres Principios del Pueblo" (三民主義), que se decía que organizaban la vida política. La disidencia, especialmente la de izquierda, fue aplastada, y los activistas de izquierda fueron detenidos en prisiones por actividades políticas.

En las fábricas, los funcionarios del partido KMT utilizaron sindicatos controlados por el estado y organizaciones de mujeres para movilizar a las trabajadoras y presionarlas para que asistieran a discursos y manifestaciones anticomunistas. El Día Internacional de los Trabajadores y el Día Internacional de la Mujer fueron despojados de sus historias internacionalistas y socialistas, y celebrados con matices anticomunistas. Asimismo, el KMT utilizó la ZPE para crear vínculos políticos internacionales con otros regímenes de derecha en países como Sudáfrica, Vietnam del Sur, Corea del Sur, Israel, Guatemala, Argentina y Chile. Por ejemplo, Mario Sandoval Alarcón, fundador del Movimiento de Liberación Nacional de extrema derecha de Guatemala y arquitecto de los escuadrones de la muerte del país, visitó frecuentemente la Zona de Procesamiento de Exportaciones de Kaohsiung en la década de 1970.

Así como el surgimiento de las ZPE en Taiwán correspondió con el ferviente anticomunismo y la represión política del Terror Blanco, el surgimiento de la maquiladora también se alinea con la historia de la Guerra Sucia en México. Apenas cuatro meses después de que Octaviano Campos Salas anunciara el inicio del Programa de Industrialización Fronteriza (conocido en español como el Programa de aprovechamiento de la Mano de Obra sobrante a lo largo de la Frontera con Estados Unidos y más tarde como el Programa de Industrialización Fronteriza) en Ciudad Juárez, estalló una rebelión socialista armada en Madera, Chihuahua. El 23 de septiembre de 1965, una docena de maestros, estudiantes y campesinos conocidos como el Grupo Popular Guerrillero (GPG) lideraron un asalto armado a los cuarteles militares en la pequeña ciudad chihuahuense. Su razonamiento fue delineado en una serie de manifiestos publicados meses antes, que argumentaban que México debía seguir el ejemplo de otras luchas del "Tercer Mundo" y comenzar una revolución armada para la redistribución de tierras, la liberación del imperialismo estadounidense y la disolución del capitalismo. Al final del día, la mayoría de los aspirantes a guerrilleros fueron capturados, ejecutados sumariamente y enterrados en una fosa común por orden del gobernador estatal Giner Durán, quien famosamente comentó: "¿Pelearon por tierra, verdad? ¡Les daremos tierra hasta que se hartan!"

En el inmediato aftermath del evento, el gobierno federal implementó una vasta militarización del campo chihuahuense, pero los movimientos estudiantiles radicales y la insurgencia de izquierda armada continuaron en la década siguiente. El gobierno mexicano enfrentó estos movimientos con violencia, incluida la masacre de Tlatelolco en 1968 y el Halconazo de 1971. Aunque la mayoría de los estudiantes radicales no tomaron las armas, algunos sí lo hicieron, y a lo largo de la década de 1970, el gobierno mexicano se esforzó rápidamente por aplastar a los grupos marxistas armados.

La actividad guerrillera marxista en Ciudad Juárez, aunque no tan numerosa como en otras ciudades, impactó directamente en la industria maquiladora y perturbó la vida cotidiana en la ciudad. En abril de 1974, miembros de la Liga Comunista 23 de Septiembre intercambiaron disparos con agentes de policía municipales, lo que provocó pánico generalizado sobre la llegada de "guerrilleros" a la ciudad. Más tarde, en junio, una serie de asesinatos dirigidos a policías llevó al descubrimiento de una célula guerrillera perteneciente a la Liga Comunista 23 de Septiembre en la ciudad de Chihuahua, que incluía a dos estudiantes del Instituto Tecnológico Regional de Ciudad Juárez. Quizás más impactante fue la captura de una célula partidista en Ciudad Juárez en octubre de 1974, que incluía a otros estudiantes locales y a dos ex empleados de maquiladoras: Ernesto Guerrero Arriesta (de 22 años) que había trabajado en General Instruments, y Elizabeth Sánchez Ramírez (de 19 años), que había trabajado en A.C. Nielsen.

Más ampliamente, los capitalistas de las tierras fronterizas culparon a la militancia marxista del crecimiento más lento de las maquiladoras en la década de 1970. En 1973, la Unión de Empresarios de Cd. Juárez compuso una carta abierta a los trabajadores de la ciudad, lamentando la influencia marxista en los trabajadores y estudiantes, y lamentando las huelgas frecuentes. Escribieron que "el sector obrero constantemente nos amenaza con huelgas locas e injustas para todo el pueblo mexicano. Lo mismo sucede en nuestras escuelas, líderes que se llaman estudiantes, con ideas socialistas y marxistas, culpan siempre al empresario de la ineptitud y deficiencia provocados por ellos mismos en nuestros planteles."

Medio Ambiente

環境

Medio Ambiente

環境

El Paso Times, 21 de mayo de 1989 "Los tóxicos de las plantas gemelas pueden alcanzar el manto acuífero" Por Guadalupe Silva

El Paso Times, 21 de mayo de 1989 "Los tóxicos de las plantas gemelas pueden alcanzar el manto acuífero" Por Guadalupe Silva

Una de las consecuencias de la rápida exportación e industrialización ha sido una contaminación masiva. La industrialización de Kaohsiung y Ciudad Juárez tuvo costos ambientales significativos en el paisaje local, y un impacto físico en los cuerpos de los trabajadores. A finales de la década de 1970, escritores como Sandra Arenal y Patricia Fernández-Kelly recopilaron docenas de testimonios de trabajadores que recordaban el costo del régimen fabril en sus cuerpos y las enfermedades que desarrollaron después de trabajar en las fábricas. Estos informes continuaron hasta la década de 1990, ya que los efectos de la industrialización rápida agravaron el colapso del ecosistema local, un proceso que el transporte masivo de mercancías y la militarización de la frontera solo han acelerado.

Algunos casos destacan en la historia de la contaminación ambiental en Taiwán y las Tierras Fronterizas Estados Unidos-México. En Ciudad Juárez, la maquiladora Fluorex fue encontrada vertiendo desechos industriales en vecindarios residenciales cercanos durante la década de 1980, con dos brotes importantes de enfermedades entre las familias locales en 1982 y 1986. En 1972, docenas de trabajadores fueron envenenados después de manipular tricloroetileno (TCE), un solvente tóxico utilizado para la producción y la limpieza, en la fábrica Philco-Ford de propiedad estadounidense cerca de Taipei y la fábrica Sanmei de propiedad japonesa en Kaohsiung; incidentes que se cobraron la vida de un puñado de trabajadoras. El evento causó pánico masivo en las fábricas de ensamblaje para la exportación de Taiwán y obligó al gobierno a prohibir el uso de TCE. Sin embargo, RCA en Taoyuan continuó utilizando TCE junto con otros productos químicos peligrosos, envenenando a miles de sus trabajadores. En los últimos años, los trabajadores de RCA han lanzado un movimiento para exigir reparaciones de RCA y el reconocimiento del daño que la empresa hizo a sus trabajadores, incluidas docenas de muertes y cientos de enfermedades relacionadas con la contaminación en el lugar de trabajo.

Una de las consecuencias de la rápida exportación e industrialización ha sido una contaminación masiva. La industrialización de Kaohsiung y Ciudad Juárez tuvo costos ambientales significativos en el paisaje local, y un impacto físico en los cuerpos de los trabajadores. A finales de la década de 1970, escritores como Sandra Arenal y Patricia Fernández-Kelly recopilaron docenas de testimonios de trabajadores que recordaban el costo del régimen fabril en sus cuerpos y las enfermedades que desarrollaron después de trabajar en las fábricas. Estos informes continuaron hasta la década de 1990, ya que los efectos de la industrialización rápida agravaron el colapso del ecosistema local, un proceso que el transporte masivo de mercancías y la militarización de la frontera solo han acelerado.

Algunos casos destacan en la historia de la contaminación ambiental en Taiwán y las Tierras Fronterizas Estados Unidos-México. En Ciudad Juárez, la maquiladora Fluorex fue encontrada vertiendo desechos industriales en vecindarios residenciales cercanos durante la década de 1980, con dos brotes importantes de enfermedades entre las familias locales en 1982 y 1986. En 1972, docenas de trabajadores fueron envenenados después de manipular tricloroetileno (TCE), un solvente tóxico utilizado para la producción y la limpieza, en la fábrica Philco-Ford de propiedad estadounidense cerca de Taipei y la fábrica Sanmei de propiedad japonesa en Kaohsiung; incidentes que se cobraron la vida de un puñado de trabajadoras. El evento causó pánico masivo en las fábricas de ensamblaje para la exportación de Taiwán y obligó al gobierno a prohibir el uso de TCE. Sin embargo, RCA en Taoyuan continuó utilizando TCE junto con otros productos químicos peligrosos, envenenando a miles de sus trabajadores. En los últimos años, los trabajadores de RCA han lanzado un movimiento para exigir reparaciones de RCA y el reconocimiento del daño que la empresa hizo a sus trabajadores, incluidas docenas de muertes y cientos de enfermedades relacionadas con la contaminación en el lugar de trabajo.

"Medios de Vida del Pueblo"

( 食,衣,住,行, 育,樂 ) 

(Alimentación, Vestimenta, Vivienda, Educación, Recreación)

"Medios de Vida del Pueblo"

( 食,衣,住,行, 育,樂 ) 

(Alimentación, Vestimenta, Vivienda, Educación, Recreación)

Inspección del Dormitorio de Mujeres de la KEPZ antes de su apertura, enero de 1970. Fuente: Boletín de la Zona de Procesamiento de Exportaciones, Vol. 5, No. 1, enero de 1970. Cortesía del Museo del Trabajo de Kaohsiung.

Inspección del Dormitorio de Mujeres de la KEPZ antes de su apertura, enero de 1970. Fuente: Boletín de la Zona de Procesamiento de Exportaciones, Vol. 5, No. 1, enero de 1970. Cortesía del Museo del Trabajo de Kaohsiung.

Aunque el KMT había jurado el comunismo como su enemigo, el partido sin embargo mantuvo su compromiso con su propia visión de equidad social, expresada a través de su reinterpretación continua de los "Tres Principios del Pueblo" del revolucionario chino Sun Yat-Sen ( 三民主義). En Taiwán, planificadores económicos como K.T. Li imaginaron nuevos proyectos de industrialización como contribuciones al cumplimiento de la promesa del KMT de "Medios de Vida del Pueblo" (民生主義) y para sofocar la insatisfacción entre el pueblo taiwanés con el partido gobernante. En su presentación al Comité Central del KMT en 1967, K.T. Li argumentó que la relación entre el desarrollo económico (y especialmente la rápida expansión de las ZPE) y su impacto en la vida de los ciudadanos podría determinarse midiendo las cuatro grandes necesidades de Alimentación, Vestimenta, Vivienda y Transporte (食,衣,住,行), pero también necesitaba ser ampliada mejorando el acceso de los ciudadanos a oportunidades educativas y recreativas (育,樂). El éxito de nuevas estrategias económicas como las ZPE, por lo tanto, dependía de mejoras medibles en la vida de los trabajadores en estas áreas. Demostrar que las trabajadoras jóvenes tenían acceso a alimentos, ropa, vivienda, transporte, educación y recreación, por lo tanto, tomó precedencia en la política de la KEPZ y apareció prominentemente en los materiales promocionales.

En 1970, para asegurar que las trabajadoras jóvenes (a veces referidas como trabajadoras infantiles o 童工女工) fueran cuidadas, la Administración de la KEPZ estableció un dormitorio para mujeres para alojar a las trabajadoras y proporcionarles orientación "moral". En sus primeros años, el dormitorio ofrecía una amplia gama de opciones recreativas, que incluían lecciones de natación, oportunidades de voluntariado y programas de intercambio educativo. Más tarde, los formuladores de políticas reflexionaron que la KEPZ había promovido estas actividades desde el principio como un medio para aumentar la moral y crear armonía laboral dentro de las fábricas. A lo largo de la década de 1970, estas actividades fueron destacadas en los materiales promocionales y prometían "cultivar a la persona completa" de la trabajadora y mejorar su "desarrollo moral, intelectual, físico y social". Junto con la programación del dormitorio, la autoridad de la KEPZ también organizó deportes intrafábrica y conciertos masivos para consumir el tiempo de los trabajadores. De manera acumulativa, según la propia estimación de la Administración de la KEPZ, de 1970 a 1980, el Dormitorio de Mujeres albergó a más de 20,000 trabajadoras e inscribió aproximadamente a 8,000 estudiantes en su programación educativa.

Aunque el KMT había jurado el comunismo como su enemigo, el partido sin embargo mantuvo su compromiso con su propia visión de equidad social, expresada a través de su reinterpretación continua de los "Tres Principios del Pueblo" del revolucionario chino Sun Yat-Sen ( 三民主義). En Taiwán, planificadores económicos como K.T. Li imaginaron nuevos proyectos de industrialización como contribuciones al cumplimiento de la promesa del KMT de "Medios de Vida del Pueblo" (民生主義) y para sofocar la insatisfacción entre el pueblo taiwanés con el partido gobernante. En su presentación al Comité Central del KMT en 1967, K.T. Li argumentó que la relación entre el desarrollo económico (y especialmente la rápida expansión de las ZPE) y su impacto en la vida de los ciudadanos podría determinarse midiendo las cuatro grandes necesidades de Alimentación, Vestimenta, Vivienda y Transporte (食,衣,住,行), pero también necesitaba ser ampliada mejorando el acceso de los ciudadanos a oportunidades educativas y recreativas (育,樂). El éxito de nuevas estrategias económicas como las ZPE, por lo tanto, dependía de mejoras medibles en la vida de los trabajadores en estas áreas. Demostrar que las trabajadoras jóvenes tenían acceso a alimentos, ropa, vivienda, transporte, educación y recreación, por lo tanto, tomó precedencia en la política de la KEPZ y apareció prominentemente en los materiales promocionales.

En 1970, para asegurar que las trabajadoras jóvenes (a veces referidas como trabajadoras infantiles o 童工女工) fueran cuidadas, la Administración de la KEPZ estableció un dormitorio para mujeres para alojar a las trabajadoras y proporcionarles orientación "moral". En sus primeros años, el dormitorio ofrecía una amplia gama de opciones recreativas, que incluían lecciones de natación, oportunidades de voluntariado y programas de intercambio educativo. Más tarde, los formuladores de políticas reflexionaron que la KEPZ había promovido estas actividades desde el principio como un medio para aumentar la moral y crear armonía laboral dentro de las fábricas. A lo largo de la década de 1970, estas actividades fueron destacadas en los materiales promocionales y prometían "cultivar a la persona completa" de la trabajadora y mejorar su "desarrollo moral, intelectual, físico y social". Junto con la programación del dormitorio, la autoridad de la KEPZ también organizó deportes intrafábrica y conciertos masivos para consumir el tiempo de los trabajadores. De manera acumulativa, según la propia estimación de la Administración de la KEPZ, de 1970 a 1980, el Dormitorio de Mujeres albergó a más de 20,000 trabajadoras e inscribió aproximadamente a 8,000 estudiantes en su programación educativa.

Cobertura en El Fronterizo de julio de 1984 de un partido de voleibol entre trabajadoras de una maquiladora llamada "Coupon Redemption" (CRM) y la Radio Company of America (RCA). Fuente: "CRM Sorprendió a la RCA y le Ganó en el Voleibol," El Fronterizo, 8 de junio de 1984.



Cobertura en El Fronterizo de julio de 1984 de un partido de voleibol entre trabajadoras de una maquiladora llamada "Coupon Redemption" (CRM) y la Radio Company of America (RCA). Fuente: "CRM Sorprendió a la RCA y le Ganó en el Voleibol," El Fronterizo, 8 de junio de 1984.



(Trabajadores jugando baloncesto en la Zona de Procesamiento de Exportaciones de Kaohsiung. Fuente: Boletín de la Zona de Procesamiento de Exportaciones, Vol. 5, No. 9, septiembre de 1970. Cortesía del Museo del Trabajo de Kaohsiung.)

(Trabajadores jugando baloncesto en la Zona de Procesamiento de Exportaciones de Kaohsiung. Fuente: Boletín de la Zona de Procesamiento de Exportaciones, Vol. 5, No. 9, septiembre de 1970. Cortesía del Museo del Trabajo de Kaohsiung.)

Sin embargo, como han argumentado académicos como Pun Ngai, los regímenes laborales de los dormitorios sirven en última instancia para ejercer niveles más profundos de control sobre los trabajadores y extender el control del capital sobre el trabajo más allá de las horas de trabajo diarias. Aunque muchas trabajadoras utilizaron los servicios del dormitorio y participaron en actividades después del trabajo, muchas se quejaron de que entrar al dormitorio era como "entrar en un convento" (住進了宿舍就等於進入了尼姑庵”), y generalmente sentían que al vivir en el dormitorio y trabajar en las fábricas en la flor de su vida, las trabajadoras jóvenes estaban vendiendo barato su juventud (“把青春廉價的賣給了工廠”).

En México, aunque los dueños de las maquiladoras de Ciudad Juárez no establecieron dormitorios, prefiriendo que los trabajadores encontraran su propio camino para ir a trabajar desde las colonias populares, la asociación de maquiladoras creó una amplia gama de actividades después del trabajo, que iban desde ligas deportivas, fiestas del Día de San Valentín y concursos de belleza. Sin embargo, al igual que el régimen laboral del dormitorio en Taiwán y China continental, también se argumenta que estos fueron creados para atar aún más a los trabajadores a su fábrica y mantenerlos alejados de las actividades de organización. Como escribió la escritora juarense Alicia Castellanos, tales actividades fuera del trabajo sirvieron para desalentar el activismo: "Los concursos anuales de belleza fomentan la competencia y el individualismo, y además, absorben la atención de las trabajadoras. De la misma manera, la promoción de actividades deportivas, cuyas prácticas se realizan después de las ocho o nueve horas de intenso trabajo, contribuye a la canalización de las energías en el deporte y a la pasividad y el desinterés en la lucha sindical y la política. Todo esto en un ambiente 'armonioso' en el que los gerentes, el día de San Valentín, obsequian claveles rojos a sus explotadas, o regalan un miserable pastel "Marinela" cuando la obrera rebasa los estándares de producción."

Sin embargo, como han argumentado académicos como Pun Ngai, los regímenes laborales de los dormitorios sirven en última instancia para ejercer niveles más profundos de control sobre los trabajadores y extender el control del capital sobre el trabajo más allá de las horas de trabajo diarias. Aunque muchas trabajadoras utilizaron los servicios del dormitorio y participaron en actividades después del trabajo, muchas se quejaron de que entrar al dormitorio era como "entrar en un convento" (住進了宿舍就等於進入了尼姑庵”), y generalmente sentían que al vivir en el dormitorio y trabajar en las fábricas en la flor de su vida, las trabajadoras jóvenes estaban vendiendo barato su juventud (“把青春廉價的賣給了工廠”).

En México, aunque los dueños de las maquiladoras de Ciudad Juárez no establecieron dormitorios, prefiriendo que los trabajadores encontraran su propio camino para ir a trabajar desde las colonias populares, la asociación de maquiladoras creó una amplia gama de actividades después del trabajo, que iban desde ligas deportivas, fiestas del Día de San Valentín y concursos de belleza. Sin embargo, al igual que el régimen laboral del dormitorio en Taiwán y China continental, también se argumenta que estos fueron creados para atar aún más a los trabajadores a su fábrica y mantenerlos alejados de las actividades de organización. Como escribió la escritora juarense Alicia Castellanos, tales actividades fuera del trabajo sirvieron para desalentar el activismo: "Los concursos anuales de belleza fomentan la competencia y el individualismo, y además, absorben la atención de las trabajadoras. De la misma manera, la promoción de actividades deportivas, cuyas prácticas se realizan después de las ocho o nueve horas de intenso trabajo, contribuye a la canalización de las energías en el deporte y a la pasividad y el desinterés en la lucha sindical y la política. Todo esto en un ambiente 'armonioso' en el que los gerentes, el día de San Valentín, obsequian claveles rojos a sus explotadas, o regalan un miserable pastel "Marinela" cuando la obrera rebasa los estándares de producción."